lunes, 30 de abril de 2012

Anda a saber.

El otro día mientras pensaba en una respuesta a una pregunta hipotética que alguien me haría me di cuenta de algo. La mayoría de las respuestas a preguntas obvias, son obvias, pero en mi  caso voy un poco más allá, al pensar respuestas elaboradas, utilizando todas las figuras retóricas que tenga a mano de modo de parecer alguien mas inteligente de lo que soy. Como decía estaba ensayando una respuesta a una hipotética pregunta que alguien me haría y me vi, que digo me vi, me escuche a mi mismo, en mi mente decir el nombre de la persona que me acompañaba antes que el mio  y en ese instante  me asalto la duda: ¿Por qué había puesto a otra persona antes que a mi? Esto no tiene nada que ver con mi propio egoísmo, puede que sea una persona egoísta, puede que no,  eso no viene al caso, tampoco viene al caso esa regla gramatical de la “Real Academia Española” que dice que la primera persona es la que se nombra en último término cuando ya se nombró a todas las personas que lo acompañan en ese momento. Esta regla además de absurda me parecía incómoda, ya que de este modo podía hasta olvidar de nombrarme a mi mismo, si lo hago después de las otras personas. Como sea siempre me nombro a mi mismo antes que a los demás y siento una especial  satisfacción cuando alguien me hace notar mi error gramatical, sin saber la utilidad real de la regla ya que, si  obedece a la regla, además de intentar hacerla cumplir, sin saber cuál es el sentido de esta, su desenvolvimiento en su propia vida podría estar signado por el mismo estricto acatamientos de reglas de las cuales no conoce el sentido. Lo que a mí, en verdad, me inquietaba era la razón por cual había puesto el nombre de alguien más antes que el mío...
Confiar en la mente podía ser peligroso, si tenemos en cuenta que siempre nos está engañando, eso es sabido, nos engaña en  los recuerdos que no son tan lindos como se recuerdan, ni somos ni tan brillantes ni tan imbéciles  por más  que lo diga nuestra limitada autopercepción, por lo cual, que mi mente haya puesto a otra persona antes que a mi no seria precisamente una señal inequívoca de mi interés por esa persona. Esta extraña discusión conmigo  mismo es una señal muy evidente de mi propia evasión de la realidad.

Frontera.

¿Quién sos? ¿Sos latino, gringo, negro, indígena, mestizo , mulato, ario?¿Sos colombiano, argentino, peruano, cholo, chileno? Qué te gusta ser? ¿Qué pretendés ser? Nos encontramos actualmente en una situación de crisis. Eso no es nuevo. ¿Sos discriminador o discriminado?¿Las dos? Sentís vergüenza cuando te dicen negro o indio, cuando te recuerdan que no sos rubia? O sentís igualmente desprecio hacia los rubios? Las fronteras son tan poderosas porque están más fuertemente delimitadas en nuestras cabezas que en los territorios…

jueves, 12 de abril de 2012


Nada, estoy acá, sentada, esperado.
No me preguntes que porque todavía no lo descifre. Solo sentí el impuso de quedarme acá, estática, esperando.
Y como nunca les hago caso, a mis impulsos digo, hoy les di una oportunidad y, por esta única vez,  me senté a ver que pasa.


No sé, es todo un gran no sé.
Qué cosa? pero no sé te estoy diciendo. Llevo horas acá quieta, ya voy por el décimo pucho y nada, yo no veo que pase nada y me inquieto, me tranquilizo, no entiendo, me vuelvo a alterar, ya me pica, mis manos no paran de bailar, miro arriba, abajo, a los costado y nada che… ningún indicio de que vaya a pasar algo...


Capaz me confundí, no lo supe entender, capaz no era hoy, era ayer o mañana, capaz nunca, y yo me invente todo... no sé que hacer, todo es una gran incógnita... encima... no, nada, ya te dije no me preguntes, porque no lo sé… Es que... no te estoy evadiendo, no sé…  ese es el problema,  que no sé, no sé que pasa, que sí pasa, que dice, que no dice, sí está bien o está mal, ni siquiera sé que es, porque si me dijeras que, bue, mínimo sé de que se trata o quien es, bueno es algo menos, pero no, y todo esto, estas vueltas inventadas, estas… estas... estas cosas me ponen así que no sé... si ya se, todo no sé, no sé, no sé, es que no tengo otra respuestas, ni otra pregunta, no tengo nada más que incertidumbre, y no tranquilidad.

...

Capaz si volves en un rato haya podido descifrar algo de todo esto, ahora te digo que no, pero capaz si te das una vuelta más tarde sí, quien sabe, estas cosas viste como son, son así.


O capaz volves y te digo que ya fue todo... que todo era un invento, una fantasía mía como suele pasar, o no, no sé, no sé nada ya te lo dije, y sigo en este círculo de nada que, la verdad, me está desesperando, y me agarran estas cosas que uno dice “pero de donde mierda”... y así estoy, así voy por la vida... vos me conoces sabes de lo que te hablo, o no... Quien sabe... Ves  que ya ni sé de que te estoy hablando... lo único, y a esto le pongo todas las fichas, es que quiero que todo esto se resuelva, sí, basta de este círculo vicioso que lo único que hace es desesperarme, eso o mínimo que todo vuelva a como estaba antes... si, sin estas cosas, sin estas cosas de ciclotímica, sin esperar... tranquila, sencilla... imposible no? si ya se todos avanzamos cambiamos, mostramos otras facetas... la verdad, déjame acá que yo sigo acá, con el mate los puchos, estática, esperando.

viernes, 6 de abril de 2012

Una escritora alguna vez dijo...

Una escritora alguna vez dijo: “Cuando escribo soy eterno...”  Esta aseveración es una gran falacia, ya que para ser eterno tenés que ser buen escritor, o sino los libros en la calle Corrientes no saldrían ($2). Lo que sí puede decirse es que cuando uno es leído es interpretado y en el peor de los casos mal interpretado. Conozco a alguien que abrió un blog  y nunca escribió nada , la respuesta es fácil: ¿qué podríamos aportar? ¿cómo saber que lo que vas a escribir va a ser digno de ser leído? ¿cómo obviar  la banalidad  de una opinión?. Procura que tus palabras sean mejores que el silencio, decía  Borges.  ¿Qué te haría pensar que lo que vos escribas no fue ya escrito, y seguramente mejor?.Sin embargo puede tranquilizarnos  que nadie lea nunca lo que escribimos.  Si pensamos que lo que vamos a escribir es una opinión, un punto de vista o algunos pareceres no habría problema. Si hablamos de política es necesario y divertido criticar porque  eso enriquece el debate y como decía Castoriadis  la política griega estaba en el terreno de la doxa. De este modo tenemos al perfecta excusa para escribir  estupideces a no ser que Castoriadis haya mal interpretado a los griegos, nosotros hayamos malinterpretado a Castoriadis, y lo que sería  peor, que  este texto sea mal interpretado.