viernes, 20 de julio de 2012

Cenit del camino


   Zambullirse en un rosedal espinoso por el
 solo hecho de percibir el perfume previo a la caída,
y el pánico al tormento del espectro persistente del pasado
en un futuro, solo fomenta la certeza de atesorar la arena
  que brilla en la mueca del presente.

  Debatirse  entre las esperanza encantadora
y el destino apodíctico  del vació
Asomarse al efímero vergel , perderse en su perfume,
Acurrucarse en el silencio helado y sentir la alegría en el devenir
 de lo que no volverá.

   Recordarse allí, entre las  miradas sin luz
 de los caídos del margen del infierno y ahora
 desde el cenit del camino verse allá en el desierto.

jueves, 12 de julio de 2012

Los monos

Ya paso el momento del brindis y el jolgorio. Ya no hay más nada que festejar, manifestó con una voz clara y sincera. Elementales, directas palabras que tardaron en producirse un par de horas, pienso que ambos perdimos tiempo por su incapacidad de comunicar, por su sociópata personalidad.Siempre que quiere decir algo filoso, realiza todo un ritual, una ceremonia, es tan predecible. Eso es lo que me aburre, es predecible, tan normal que asquea.Cuchillo, acuchilla, filo, filoso que lastima.
Puede decir lo que quiera que ya no duele. No duele porque de un mono todo es ridículo, nada es creíble, es un mono. Se esperan puras monerías, incoherencias.
Titubea, le da miedo hablar de más, no se por qué tiene miedo de expresar lo que realmente piensa, sabemos bien que es lo que piensa. Por qué da tantas vueltas, se que no le interesa si estoy pintando o no, que libro estoy leyendo, si soy feliz o no. Vacila, da vueltas para realizar la pregunta incómoda. A veces pienso que no dice lo que quiere por miedo a que no le quiera hablar más, que corte la relación-no relación, la pseudo amistad, de un dealer y el consumidor. Me tiene pavor.No sabe cómo sentarse, no se queda quieto, se acomoda de una y otra forma, se cruza de piernas, las manos no las deja quietas, me pone nerviosa parece que hablo con un mono. No puedo comprender por qué le cuesta tanto expresarse. Su pobre léxico es lo que más nerviosa me pone, por suerte nunca me escribió una carta, sus mensajes ya son raros, crípticos, con errores ortográficos.Sabemos bien a que nos reunimos, pero pareciera que precisa igual de todo el rito para sentir confort, tal vez sentir que es natural.Toca el timbre, le abro la puerta, y en ese instante ya experimento su pánico, le sudan las manos, balbucea, solo le falta temblar. Lo hago pasar, le ofrezco de tomar, de comer. Se sienta, pero no esta tranquilo, esta inquieto, nervioso, no se relaja.Siempre que pienso que va hablar, esquiva. De nuevo otra vuelta, habla del tiempo, historias que no interesan, qué mierda me importa tu vecina, tu vieja, tu ex-novia, tu hermano o el sorete de tu viejo, qué mierda me importa tu vida. Me cuesta parecer interesada en sus creencias políticas-religiosas, es tan inocente, cree en la virtud de los partidos políticos, por lo menos juzga a la Iglesia, pero cree en el calendario maya, qué carajo. Semillaespectralamarilla.
Constantemente lo observo como un mono, cada vez me cuesta más conectar con la persona detrás del simio. Siempre esta drogado, cada vez son menos las veces que esta sobrio, ya no recuerdo la ultima vez que estuvo sobrio. No se si me cae mejor drogado o sobrio. No lo reconozco.
De nuevo da vueltas, me mira pero le cuesta mantener la mirada a los ojos. Se que evita de nuevo la pregunta, se toca el pelo. Vuelve a prender un cigarro, me ofrece, me niego, se enoja, y no dice nada pero frunce el ceño, reconozco sus caras, sus gestos, todavía queda algo de su persona. Esta ofendido. El monoconsumidor no comprende lacontracultura. Ya no tenemos nada en común, su mundo fue consumido, élesunsimiofilosoyconsumido; me mira porque no hay nada que hablar, ya no hay más mates, ya no hay más coockies locas, solo quedan las palabras del mono ofendido y obstinado.
Llega el momento, ya no queda más nada que hacer, le ofrecí de fumar, y me dice que no.. Ahora la monaloca no fuma. Siento que me desprecia, para qué me llama, para qué me busca. Ella prefiere la charla de un catedrático, es una burgués camuflada. Es una monalocaaburguesada.
Todo nos lleva a algún lugar, a algún punto, se que tengo que transitar por ese camino, compartir ese momento aunque piense que no vale la pena. Todo porque es el camino para llegar a donde quiero, mientras, mientras observo al mono en frente mio, un mono. Desfigure su silueta, ya no escucho lo que dice, ahora es un mono, parlante que fuma un cigarro, y toma whisky. Es aburguesado en todos los aspectos pero piensa de si mismo que es revolucionario. Observo descreída de nuevo la misma situación, todo para que llegue la pregunta y yo responda siempre lo mismo.
Filoso. Afilado, que tiene filo. Mono. Persona que hace gestos o figuras parecidas a las del mono. Joven de poco seso, y afectado en sus modales. Burgués. perteneciente a la burguesía, en contraposición al proletario.  Que busca una vida de comodidad y relajo. Ergo es un mono burgués y filoso.
Siempre pasa lo mismo, se que la visito con la misma intención una y otra vez, no llego a comprender, sabe que la quiero, y lo se porque lo demuestro, pero cada vez que la veo su intención es alejarme, es fría, distante, juraría que no le intereso. Pero la conozco, es tan simple y compleja a la vez, insegura, ingenua, frágil, si no me interesa la usaría pero no puedo, me importa de verdad. Y aunque actúe distante se que hace todo lo contrario a lo que siente. Actúa, actúa tan bien. Parece tan madura para todo lo demas, es una sociopata. Nunca lo que siente concuerda con sus acciones. La observo ir y venir, desde que llego a su casa nunca se queda quieta, siempre tiene cosas que hacer. No la comprendo, lo intento, y lo más loco es que no me interesa comprender, me agrada que sea así de incoherente, loca, es una mona. 
Mona. Bella, bonita, graciosa, linda, simpática. Loca. Insensata, imprudente, excede mucho a lo ordinario o presumible. Ella es mi monaloca.
Ese es el momento porque no le queda otra opción, pregunta, y la respuesta sigue siendo la misma. Me deja el soma de todas las semanas, me mira a los ojos porque ya no esta incomodo, vuelvo a ver a la persona que conocí, interesante, misteriosa, segura de si misma, un tanto engreída, un adonis insoportable, se despide. Qué maldad que se comporte como me gusta solo cuando se despide, es un monoidiota.
Es tan calculadora siempre espera este momento, siento que la monaloca me manipula.

Y el adiós, hasta luego para siempre. Cómplices de un adiós mentiroso, los dos son monos. Recién en ese instante ríen. El saludo final es en silencio, a los ojos, y un abrazo estremecedor sin querer soltarse la mano. Sondosmonosidiotas.