Zambullirse en un rosedal espinoso por el
solo hecho de
percibir el perfume previo a la caída,
y el pánico al tormento del espectro persistente del pasado
en un futuro, solo fomenta la certeza de atesorar la arena
que brilla en la mueca del presente.
que brilla en la mueca del presente.
Debatirse entre las esperanza encantadora
y el destino apodíctico
del vació
Asomarse al efímero vergel , perderse en su perfume,
Acurrucarse en el silencio helado y sentir la alegría en el devenir
de lo que no volverá.
Recordarse allí,
entre las miradas sin luz
de los caídos del
margen del infierno y ahora
desde el cenit del
camino verse allá en el desierto.
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