martes, 12 de febrero de 2013

Pluguiese

Hace mucho tiempo que no escribo, no vivo, y no disfruto de la brisa ni del frío.
Solo me queda pensar en esos días en el que sentía todo tan real y fresco, intentar recordar que alguna vez tuve un corazón cándido, lleno de esperanzas para el mundo, mi mundo.
Tal vez crecer es dejar de ser una soñadora, y tornarse una burguesa, que tanto me asqueaba; la comodidad de un buen sillón parece ser ahora lo más importante.

Solo me queda el recuerdo de esa sensación que se puede, que si uno quiere las hojas bailan y las sapos cantan, mi mirada brillante ha quedado opaca, mi imaginación ha quedado ciega, sin volumen ni potencia.

Ahora todo es gris, y la resignación ha ganado.
Soy el pasto congelado después de nevisca,
huesos de cristal y corazón de hielo.


Ya no me quedan besos ni sonrisas, ni abrazos.


El mundo en un instante se ha vuelto cruel.
Mi mundo ha sido cruel.
El filo logro cortar la carne,
he sangrado por dentro.
Me ha desgarrado, despellejado, deshuesado
y quitado hasta el ultimo aliento.


Reconocer las bajezas, la oscuridad del hombre, que al fin y al cabo opaca, desgasta, ensucia el mejor de los pigmentos.


No me quedan ya sueños
Solo oscuridad y un ruidoso silencio.

Fui víctima de mis propios demonios,
La Artista Ha Muerto