viernes, 16 de enero de 2015

50 o menos cosas sobre mi



50 características es mucho, no pienso tanto en mi mismo, ahí hay una característica, no soy egocéntrico, pensé que lo era, hasta que conocí a gente egocéntrica, por ejemplo: Siempre pense que los egocéntricos llegan tarde, y una vez esperé a alguien una hora y veinte, hagan el experimento es sus casas y van a ver, todas las veces que esperaron a alguien que siempre llega tarde y observen sus otras conductas van a ver que son egocentricos. Otra cosa es que siempre pierdo las cosas, pase toda la secundaria pidiendo prestadas lapiceras, eso es ser distraído y es  lo que me gusta de mi, ser un poco Cronopio, pero a veces no es distracción…El otro día me encontré sacando un boleto de tren, no sé porque, me di cuenta en la cola de la boletería y me fui, no entendía que hacia ahí, me dio miedo de ser bipolar o esquizofrénico, ese es otro aspecto, no me gusta tener debilidades, si ya se, un psicólogo se compra un piso en libertador conmigo, pero bueno, también soy muy orgulloso, imagínense lo que pensé cuando me encontré viajando en tren. No sabía dónde iba, pero no me desespere, sabía que no podía bajar hasta llegar a la siguiente estación y me pensé que me podría esperar algo horrible, siempre quise que me pasara algo sobrenatural pero esto era muy raro, pensé en cuentas pendientes o algo que tuviera que hacer y no se me ocurrió nada, la siguiente  estación era Parque Pereira ¿por qué? la estacion es la entrada a la estancia de los Pereira Iraola (una familia patricia que era dueña de todas esas tierras que ahora son un parque) me baje y empecé a caminar por un camino de tierra de unos cien metros que llevan a  la mansión que funciona como una escuela pero como era verano no había nadie, escuche como el tren se iba y nadie más se había bajado. Hacía calor pero el sol bajaba de a poco, llegue a la casona que tenía un techo a dos aguas, con partes de madera y material, la pintura alguna vez blanca estaba gris por las manchas de humedad y también lucia descascarada, la casa tenía una gran puerta de madera de color grisáceo  con  doble  hoja y un picaporte que parecía no haber sido tocado en muchos años, no tenía miedo, estaba como en trance, abrí la puerta y entre, estaba obscuro y camine a tientas hacia un ruido de una silla rechinando, vi una tenue luz que dibujaba una puerta, me asome y vi una mujer  de pelo negro lacio sentada que tenia la mirada perdida, cuando entre vi que la habitación era una cocina muy sucia pero sin rastros de comida, llena de tierra y moho, la mujer me miro y dijo:  “te  está esperando” no pregunte nada más y me dirigí hacia donde ella señalo, no tenía sentido usar la razón en una situación tan insólita, solo sabía que iba hacia la respuesta de por qué yo  había ido hacia allí. La cocina tenía una puerta que salía a un pasillo oscuro con una línea de luz en el fondo, mientras caminaba por ese pasillo comencé a pensar en toda la situación, no había forma de razonar porque estaba allí: no tenía miedo, no sentía nada en particular, ni el misticismo que trasmitía la casona y ese pasillo oscuro; tenía la sensación de cinismo que a veces tengo en situaciones limite, una frialdad capaz de ver las situaciones desde afuera como si no me sucedieran a mí. Mientras me acercaba vi que la sombra de la luz se movía y proyectaba luces amarillas y naranjas, llegue a algo que me pareció una puerta y busque con la mano un picaporte, lo encontré y entre. Lo que vi (no sé porque) tampoco me sorprendió, una enorme fogata azul que no daba calor ni iluminaba su alrededor como si estuviera suspendida en la nada. Quise tocarla pero no tenia brazos, tampoco tenía piernas, estaba suspendido yo también, flotaba como una voluta de humo que se  iba a alejando de la fogata hacia la oscuridad, Sin percepciones el tiempo se detuvo y el pensamiento se me fue apagando de a poco hasta que todo se hizo silencio.
Recupere la conciencia en una reunión familiar, disimule mi asombro cómo se intenta disimular una borrachera, todavía no había atardecido, esto sucedió en una grieta del día, en un desfase del tiempo.

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